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Sutherland subrayó que el sistema humano está ordenado por una misteriosa Presencia a la que llamó el Aliento de Vida. En los últimos diez años de su práctica clínica se puso especialmente en sintonía con su presencia y acción dentro del sistema humano. Esto también coincidió con un cambio en su uso del lenguaje, que pasó de una orientación predominantemente biomecánica a una más plenamente biodinámica. Escribió sobre el Aliento de la Vida y su potencia infalible y pasó del análisis y la técnica mecánica a una orientación hacia las fuerzas inherentes que facilitan la curación. Se dio cuenta de que es el Aliento de Vida y las fuerzas inteligentes que genera las que toman las decisiones de curación y las llevan a cabo.

El Aliento de Vida surge de una profunda Quietud. A medida que los profesionales profundizan en su relación con los sistemas del cliente, con el tiempo, la Quietud se convierte en una percepción clínica directa y se encuentra en el corazón de todo el proceso clínico. Debido a la percepción directa de la Quietud en el trabajo clínico, existe una clara tradición de su apreciación en el campo craneal.

En un enfoque biodinámico, el profesional se orienta tanto a la salud inherente, que se manifiesta como la Quietud y la respiración primaria, como a las fuerzas de la experiencia, las fuerzas condicionales o inerciales presentes, y no sólo a los cambios resultantes en los tejidos y los fluidos. La fisiología del cuerpo, organizada por la potencia biodinámica, intenta continuamente contener y compensar la presencia de estas fuerzas condicionales. Sólo cuando se procesan las fuerzas que generan las alteraciones dentro del sistema, se puede volver a la función y la motilidad normales.

En su trabajo, Sutherland se volvió cada vez más consciente de un nivel formativo de respiración primaria. Esto se percibió como un fenómeno similar a una marea estable dentro y alrededor del sistema humano. Con el tiempo, se dio cuenta de que estos movimientos de marea eran expresiones directas de la intención creativa del Aliento de Vida. Llamó a este nivel de respiración primaria la marea. Becker lo llamó Marea Larga para diferenciarlo de otros movimientos de marea, y este es el término que se usa comúnmente en el campo.

La marea larga es la raíz de lo que Sutherland llamó respiración primaria y es una percepción clave en un enfoque biodinámico. La Marea Larga es una expresión directa de la intención creativa del Aliento de Vida y es la expresión más formativa de la respiración primaria. Parece surgir de “ninguna parte”, se manifiesta como un gran viento que surge dentro de un vasto campo de acción e irradia a través de todo. Genera campos de ordenamiento locales que, a su vez, median el desarrollo embrionario, encienden una potencia de ordenamiento en los fluidos del cuerpo y mantienen la cohesión y el equilibrio a lo largo de la vida.

La Marea Larga es muy estable y es el recurso constitucional más inherente del sistema. Se manifiesta como un ciclo respiratorio primario estable de 50 segundos de inhalación y 50 segundos de exhalación (100 segundos en total), comúnmente percibido como un flujo de radiación que parece moverse a través del terapeuta y del cliente al mismo tiempo. La gente habla de una sensación de asombro y de quietud, luz y gran espacio en su presencia. También se experimenta comúnmente un profundo sentido de interconexión y apoyo.

A medida que ocurre la transmutación, se genera una fuerza incorporada dentro de los fluidos llamada potencia de marea. Esto permite que las fuerzas de la Marea Larga, como respiración primaria, se manifiesten como un principio incorporado dentro del cuerpo. A medida que esto ocurre, también se genera un ritmo de marea llamado marea media.

El término marea media orienta al practicante a la interacción e intercambio entre la potencia, los fluidos y los tejidos dentro del fluido y los cuerpos físicos. Dentro de la marea media, se percibirá que la potencia, los fluidos y los tejidos expresan un movimiento similar a la marea a una velocidad de entre 1 y 3 ciclos por minuto (comúnmente alrededor de 2 a 2,5 ciclos por minuto). Ésta es una expresión directa del cambio en el estado de potencia a medida que pasa de la matriz de ordenamiento a través de su línea media a un principio de funcionamiento fisiológico dentro del líquido cefalorraquídeo.

La marea media tiene tres campos de acción: potencia, fluidos y tejidos. La potencia es el factor organizador, el fluido es el medio de intercambio y las células y los tejidos se organizan en torno a su acción. A medida que la potencia se mueve, los fluidos y los tejidos pulsan como un campo unificado. El movimiento de fluidos se denomina marea de fluidos y el movimiento de tejidos, motilidad.

La potencia de las mareas es un campo energético detectado dentro de los fluidos y localmente alrededor del cuerpo como una fuerza impulsora y ordenadora (hasta 50 centímetros / 20 pulgadas aproximadamente alrededor del cuerpo). Su campo de acción a veces se denomina cuerpo fluido. El practicante puede sentirlo literalmente como un impulso de marea dentro de los fluidos que genera la marea de fluidos.

La marea fluida se puede percibir como fluctuaciones longitudinales y transversales similares a las de una marea en todo el cuerpo. La acción de la potencia de las mareas también genera motilidad tisular, un movimiento respiratorio interno dentro de las células y tejidos, y actúa para ordenar el campo fluido-tejido. Esto se puede sentir como un brote interno y un retroceso dentro del campo tisular y dentro de las estructuras tisulares individuales. En el nivel de la marea media, el sistema humano se percibe como completo. Los tejidos, como un campo de acción particular, se experimentan como un campo de tracción unificado que expresa la motilidad como un todo, en lugar de simplemente como partes separadas en movimiento. Del mismo modo, dentro de la marea media, la inercia y la resistencia dentro del sistema se experimentan como distorsiones dentro de campos de acción de tracción completos, en lugar de simplemente como resistencia entre partes separadas.

Esquema de las mareas